Al filo de la traición: la edición y la
traducción en los Estudios Medievales
On the Edge of
Betrayal: Editing and Translating in Medieval Studies
La distancia
temporal y cultural que nos separa de los autores y autoras de los textos que
traducimos y editamos nos hace sentir con frecuencia que nuestro trabajo se
encuentra a punto de traicionarlos, sino acaso traicionándolos abiertamente.
Fueron las problemáticas en torno a esta cuestión las que, en primera
instancia, dieron lugar a que un grupo de colegas que desde distintas
disciplinas como la filosofía, la filología y la historia trabajamos sobre
obras medievales propusiéramos el proyecto de investigación PICT 2016-0612: “La
edición crítica y traducción de textos medievales: producción práctica y
resolución de problemas” para compartir nuestras experiencias como editores y
traductores. Con el propósito de dar a conocer los avances en este tema de
investigación y, a su vez, ampliar y compartir las discusiones en 2019,
llevamos a cabo en la ciudad de Santa Fe unas jornadas que contaron con la
participación de investigadores pertenecientes a diversas instituciones tanto
de nuestro país como del extranjero1.
Ese ha sido el origen de este dossier en el que se abordan algunas de las
problemáticas que reúnen a los estudiosos de diversas disciplinas de los
estudios medievales: la traducción y la edición de textos.
Cabe
distinguir aquí, pues, estas dos tareas cruciales de los medievalistas, que son
las siguientes: en primer lugar, editar textos críticamente –es decir
transcribir a partir de manuscritos, comparar las copias existentes y proponer
a partir de allí una hipótesis de lo que debió haber sido el texto del cual
fueron copiados (no necesariamente el texto original)– para hacerlos accesibles
a los especialistas; y, en segundo lugar, traducirlos para interpretarlos y a
la vez hacerlos accesibles, por lo general, a un público menos especializado o
en los albores de su especialización, como es el caso de los estudiantes de grado.
Estas arduas labores, sin embargo, permanecen generalmente invisibles a quienes
basan sus investigaciones sobre los resultados de tamaña faena. Más aún, son a
veces desvalorizadas en las evaluaciones de las instituciones científicas por
algún criterio que sin duda no es científico. Por esa razón, ponemos aquí los
testimonios de estos trabajos ciclópeos que están detrás de aquellos textos y
gracias a los cuales los estudiantes, el público en general e incluso los
especialistas pueden acceder a las fuentes.
Entre las
diversas problemáticas que plantea para el lector la lectura de obras muy
distantes a nuestros tiempos, el género del centón plantea desafíos especiales.
Deteniéndose especialmente en el Cento Vergilianus de Laudibus Christi
aunque con conclusiones que pueden hacerse extensivas a otros textos de este
tipo–, Ana Sisul pone de relieve las distintas aristas que plantea el fenómeno
de la intertextualidad en los centones. Si bien este tipo de texto puede
definirse como un “collage de citas”, el centón contrafactura,
caracterizado por la convergencia de lo cristiano y lo pagano, puede presentar
un amplio espectro de posicionamientos respecto del texto que asimila, en cuya
interpretación es fundamental el entorno de donde proviene cada uno de los pasajes
que el centonista enhebra. Hoy en día, aun para un lector culto, la
omnipresencia virgiliana en la literatura de la Antigüedad tardía plantea una
dificultad hermenéutica, cuya solución más acertada, según observa Sisul, se
encuentra en ofrecer ediciones bilingües enriquecidas con notas que permitan
develar los diversos matices de esa singular apropiación literaria.
Conocido
especialmente a través de las composiciones de carácter personal –sus poemas y
el Vademecum–, a pesar de su importancia como tutor de Carlos el Calvo
y, luego, como abad de Reichenau, ciertas obras de Walfrido Estrabón han sido
escasamente estudiadas. Fernando Ruchesi dedica su trabajo a avanzar sobre los
aspectos preliminares para la edición de la Glosa in II Petrum. Según
expone el autor, la tradición de esta obra exegética descansa en tres
manuscritos: Cod. Sang. 261, conservado en la abadía de San Galo, por un lado,
y Aug. Perg. 250 y 135, por otro, ambos provenientes de la abadía de Reichenau,
que hoy en día forman parte de los fondos de la Badische Landesbibliothek en
Karlsruhe. En función de las fechas asignadas a los códices y las
características de su factura, en esta contribución se exploran las cuestiones
de la datación, circunstancias de composición y finalidad de la obra, que le
permiten a Ruchesi plantear la hipótesis de que este opúsculo, animado por un
propósito didáctico y dirigido a los monjes de su orden, pudo haber sido
compuesto en Reichenau durante el período en el que Walfrido ocupó el cargo de
abad.
Pablo Quintana,
por su parte, releva problemas de vocabulario técnico en la lógica árabe
mostrando cómo la traducción de términos griegos colisiona con el vocabulario
jurídico ya existente en árabe. Ante la ausencia de un vocabulario técnico
preexistente, los primeros traductores debieron revisar constantemente las
reglas sintácticas y morfológicas de la lengua árabe para traducir los
conceptos abstractos de la filosofía griega. De este modo, la traducción era un
proceso creativo en el que se recurría al uso de préstamos, términos
transliterados, calcos, formación de sustantivos abstractos y neologismos,
entre otros. Este es el caso de la noción griega de συλλογισμός en las traducciones, comentarios y literatura
filosófica de los Primeros Analíticos, la cual se ve reflejada en la
traducción árabe con los términos qiyās, la simple transliteración sulujismūs
y por último jāmi’ah. Diversos autores van a utilizar como técnicos
algunos de estos términos. En la introducción a la lógica de Ibn Ḥazm de
Córdoba (m. 1064), escrita durante el exilio del autor, la terminología de la
silogística varía respecto de los lógicos que lo precedieron dando lugar a
ciertos problemas interpretativos que Quintana analiza a la luz de la
traducción al árabe de la obra aristotélica y de los comentarios de al-Fārābī
(m. 950). El cordobés, que es un importante jurista que adapta la lógica
aristotélica para el uso en el derecho (al-fiqh), va a hacer una
crucial distinción entre jāmi’ah que será su término técnico elegido
para silogismo, y qiyās, el cual denomina otro tipo muy diferente
de argumentación, la analogía, utilizada en el ámbito del derecho y contra la
cual Ibn Ḥazm desarrollará gran parte de su polémica. En este artículo de gran
erudición, Quintana mostrará los usos técnicos de ambas palabras en el
filósofo, teólogo y jurista cordobés, esclareciendo una parte importante de su
pensamiento y dando las bases para la vinculación del vocabulario de la
argumentación jurídica y lógica en al-Andalus. Además, avanza en la discusión
sobre la inducción aristotélica en Ibn Ḥazm, istiqrā’. Este término
tiene una particularidad y es que traduce dos términos aristotélicos
diferentes, cuya fusión causará una nueva concepción lógica. Es por eso, que de
la palabra al concepto los primeros filósofos árabes tendrán un largo y
creativo camino por recorrer.
Abordando el
vocabulario del deseo en la Ethica de Pedro Abelardo, Natalia Jakubecki
vio surgir sus mayores dificultades ante el verbo concupiscere y el
plural de su correspondiente sustantivo, concupiscentia; términos sobre
cuya traducción se centra el trabajo, teniendo como objetivo, por una parte,
discutir las estrategias teórico-prácticas a las que ha recurrido como
traductora; por otra, reflexionar sobre los alcances y límites de las
pretendidas traducciones literales. En primer lugar, Jakubecki nos pone al
tanto de la diversidad lexical y la variedad de términos de la semántica del
deseo, y en seguida ataca el problema de la traducción de concupiscere y
concupiscentiae los cuales no tienen un equivalente en castellano más
que ‘desear’ y ‘deseos’. Ante lo cual la autora hace un relevamiento de los
términos en toda la obra y compara las diversas traducciones españolas y en
otros idiomas. A este estudio –que se ve ilustrado por una tabla con todas las
apariciones de los términos– se agrega un examen de bibliografía que analiza la
conceptualización del campo semántico del deseo. Este estudio serio y profundo
muestra con gran evidencia los aprietos en los que puede quedar atrapado el
traductor, cuando, queriendo hacer un trabajo correcto sin traicionar el texto
originario, queda apresado en las redes del propio lenguaje. Un artículo para
disfrutar de un análisis pormenorizado, detallado y preciso que nos muestra la
trastienda del traductor.
En su
artículo, Carlos Martínez Ruiz propone presentar el peculiar modo en que Escoto
aborda el corpus aristotélico en sus comentarios en forma de cuestiones;
ofrecer una visión de conjunto de su incesante trabajo sobre el lenguaje
filosófico y teológico; y poner en evidencia los desafíos que comporta, a
partir de algunos casos testigos. Así muestra los desafíos que comporta la
traducción crítica de las obras filosóficas de Juan Duns Escoto, tarea que el
autor ha emprendido y que, reunidas en tres volúmenes, se encuentran en curso
de publicación. Discute también algunos elementos fundamentales para definir y
elaborar una traducción crítica. Respecto de las las Quaestiones al organon
aristotélico, es sorprendente considerar que Escoto las escribió en su primer año
en teología (1290), aunque fuera costumbre que los estudiantes en teología
dieran clases de lógica a los estudiantes de artes –es decir a quienes
empezaban sus estudios universitarios–. Sin embargo, sus Quaestiones no
tuvieron mayor difusión en su tiempo al parecer, ya que su copia más antigua
data de 1325. Según Martínez Ruiz, esto se debe quizás a su gran complejidad de
argumentación, lo que le valió el mote de doctor subtilis.
Recientemente, en cambio, Escoto ha adquirido creciente atención de los lógicos
occidentales. El autor muestra el continuo examen y reescritura de los textos
del franciscano, efectuado en un códice conocido como “liber Scoti”,
hoy desaparecido. Este modus operandi abarca todas sus obras, particularmente
la Ordinatio y las Quaestiones super libros Metaphysicorum
Aristotelis analizadas aquí. Para ilustrar esta complejidad, sobre todo en
esta última obra que quedó inconclusa, Martínez Ruiz examina detalladamente la
estructura e historia redaccional de dos quaestiones: “si el universal
es algo en las cosas” (VII,18); y “si ‘ente’ se dice unívocamente de todas las
cosas” (IV,1). Finalmente, destaca la precisión lexical del doctor sutil
y su despreocupación de la claridad redaccional, lo cual dio lugar también a
dificultades en su lectura. Según el autor, la mejor forma de ser fieles al
texto original es reflejar las problemáticas redaccionales y lexicales de
manera tal que el contenido se revele lo mejor posible al lector, con los
defectos propios de una obra inconclusa. Sin incurrir en traición alguna, nos
invita a inspeccionar al autor desde dentro, para poder apreciar la belleza de
su complejidad.
El trabajo
de Marcela Borelli propone un abordaje de las glosas de Francesco Petrarca en
códices de su biblioteca personal y otros que en algún momento pasaron por sus
manos desde el punto de vista de las “dinámicas de la referencialidad”. A
partir de este enfoque, Borelli ofrece una sistematización de estas
intervenciones de acuerdo con tipos específicos: las que señalan
intertextualidades con otros textos, ya sea del mismo autor cuya obra glosa o
de otros autores; las que son referencias cruzadas, que establecen un “confer”
para poner de relieve otros pasajes que resultan significativos sobre el mismo
asunto; las que contienen indicaciones que remiten a obras del propio Petrarca
y, finalmente, aquellas en las que alude a aspectos de su vida personal. Su
artículo constituye un significativo aporte a este aspecto del corpus
petrarquesco, en gran parte inexplorado por el carácter secundario que se
atribuye en general a las glosas respecto del resto de su producción, y debido
a la falta de ediciones –cuestión a la que la autora ha dedicado diversas
publicaciones–, pero de especial riqueza para dar cuenta de los procesos de
lectura y escritura del intelectual italiano.
Claudia
D’Amico, por su parte, nos introduce en el movimiento renacentista de
traducciones de textos platónicos, que comienza en 1397, cuando Coluccio
Salutati convoca a Manuel Crisoloras, el gran erudito bizantino –cuyos alumnos,
como Leonardo Bruni, serían después los primeros traductores de Platón–, para
ocupar el cargo de profesor de griego en Florencia. Las traducciones del siglo
XV tienen como marco las discusiones en Oriente y Occidente entre platónicos y
aristotélicos. La razón del creciente interés por las recientes traducciones al
latín de los diálogos de Platón es sencilla: si los intelectuales latinos
quieren tomar partido, necesitan partir de los textos para darle más vigor al
debate. Hacia la mitad del siglo, el oficio del traductor se mezcló con el del
polemista. Estos traductores-polemistas tuvieron una particularidad que es
necesario destacar y que los pone realmente al filo de la traición: un furioso
platónico como Bessarión traduce la Metafísica de Aristóteles y un
aristotélico encarnizado como Jorge de Trebisonda traduce dos obras
fundamentales del último Platón, las Leyes en 1451 y Parménides a
pedido del Cusano en 1459. D’Amico pasa revista de todos los accesos del
Cusano a material platónico a través de traducciones propiamente dichas y
fragmentos en diversas obras de otros autores tan diversos como Proclo o
Prisciano. Las vías de acceso a Platón son múltiples y ocurrieron en diversos
momentos de su vida, a tal punto que el Cusano se apropia de diversas maneras
de algunas teorías como las del Timeo.
Agradecemos
el apoyo tanto de la Sociedad Argentina de Estudios Medievales como de la
Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y
la Innovación para la realización de las Jornadas y la publicación de este
dossier. Hemos contado con el valioso respaldo de la sección de Ceremonial de
la Universidad Nacional del Litoral y de los integrantes del grupo de
investigación PICT 2016-0612 que contribuyeron en la organización y discusión
durante las Jornadas. Finalmente, cabe expresar nuestra gratitud asimismo a
quienes realizan continuamente su labor de editores y traductores para
acercarnos textos que de otra manera nos estarían vedados.
1 Jornadas de
Edición crítica y traducción de textos medievales. ¿Al filo de la traición?,
Santa Fe, Facultad de Humanidades y Ciencias, Universidad Nacional del Litoral,
15 y 16 de agosto de 2019.