Al filo de la traición: la edición y la traducción en los Estudios Medievales

On the Edge of Betrayal: Editing and Translating in Medieval Studies

 

 

 

Valeria Buffon

IHUCSO Litoral-Universidad Nacional del Litoral, Argentina

valeria.buffon@gmail.com

 

Olga Soledad Bohdziewicz

IIBICRIT-Universidad de Buenos Aires, Argentina

solebohd@yahoo.com

 

 

La distancia temporal y cultural que nos separa de los autores y autoras de los textos que traducimos y editamos nos hace sentir con frecuencia que nuestro trabajo se encuentra a punto de traicionarlos, sino acaso traicionándolos abiertamente. Fueron las problemáticas en torno a esta cuestión las que, en primera instancia, dieron lugar a que un grupo de colegas que desde distintas disciplinas como la filosofía, la filología y la historia trabajamos sobre obras medievales propusiéramos el proyecto de investigación PICT 2016-0612: “La edición crítica y traducción de textos medievales: producción práctica y resolución de problemas” para compartir nuestras experiencias como editores y traductores. Con el propósito de dar a conocer los avances en este tema de investigación y, a su vez, ampliar y compartir las discusiones en 2019, llevamos a cabo en la ciudad de Santa Fe unas jornadas que contaron con la participación de investigadores pertenecientes a diversas instituciones tanto de nuestro país como del extranjero1. Ese ha sido el origen de este dossier en el que se abordan algunas de las problemáticas que reúnen a los estudiosos de diversas disciplinas de los estudios medievales: la traducción y la edición de textos.

Cabe distinguir aquí, pues, estas dos tareas cruciales de los medievalistas, que son las siguientes: en primer lugar, editar textos críticamente –es decir transcribir a partir de manuscritos, comparar las copias existentes y proponer a partir de allí una hipótesis de lo que debió haber sido el texto del cual fueron copiados (no necesariamente el texto original)– para hacerlos accesibles a los especialistas; y, en segundo lugar, traducirlos para interpretarlos y a la vez hacerlos accesibles, por lo general, a un público menos especializado o en los albores de su especialización, como es el caso de los estudiantes de grado. Estas arduas labores, sin embargo, permanecen generalmente invisibles a quienes basan sus investigaciones sobre los resultados de tamaña faena. Más aún, son a veces desvalorizadas en las evaluaciones de las instituciones científicas por algún criterio que sin duda no es científico. Por esa razón, ponemos aquí los testimonios de estos trabajos ciclópeos que están detrás de aquellos textos y gracias a los cuales los estudiantes, el público en general e incluso los especialistas pueden acceder a las fuentes.

Entre las diversas problemáticas que plantea para el lector la lectura de obras muy distantes a nuestros tiempos, el género del centón plantea desafíos especiales. Deteniéndose especialmente en el Cento Vergilianus de Laudibus Christi aunque con conclusiones que pueden hacerse extensivas a otros textos de este tipo–, Ana Sisul pone de relieve las distintas aristas que plantea el fenómeno de la intertextualidad en los centones. Si bien este tipo de texto puede definirse como un “collage de citas”, el centón contrafactura, caracterizado por la convergencia de lo cristiano y lo pagano, puede presentar un amplio espectro de posicionamientos respecto del texto que asimila, en cuya interpretación es fundamental el entorno de donde proviene cada uno de los pasajes que el centonista enhebra. Hoy en día, aun para un lector culto, la omnipresencia virgiliana en la literatura de la Antigüedad tardía plantea una dificultad hermenéutica, cuya solución más acertada, según observa Sisul, se encuentra en ofrecer ediciones bilingües enriquecidas con notas que permitan develar los diversos matices de esa singular apropiación literaria.

Conocido especialmente a través de las composiciones de carácter personal –sus poemas y el Vademecum–, a pesar de su importancia como tutor de Carlos el Calvo y, luego, como abad de Reichenau, ciertas obras de Walfrido Estrabón han sido escasamente estudiadas. Fernando Ruchesi dedica su trabajo a avanzar sobre los aspectos preliminares para la edición de la Glosa in II Petrum. Según expone el autor, la tradición de esta obra exegética descansa en tres manuscritos: Cod. Sang. 261, conservado en la abadía de San Galo, por un lado, y Aug. Perg. 250 y 135, por otro, ambos provenientes de la abadía de Reichenau, que hoy en día forman parte de los fondos de la Badische Landesbibliothek en Karlsruhe. En función de las fechas asignadas a los códices y las características de su factura, en esta contribución se exploran las cuestiones de la datación, circunstancias de composición y finalidad de la obra, que le permiten a Ruchesi plantear la hipótesis de que este opúsculo, animado por un propósito didáctico y dirigido a los monjes de su orden, pudo haber sido compuesto en Reichenau durante el período en el que Walfrido ocupó el cargo de abad.

Pablo Quintana, por su parte, releva problemas de vocabulario técnico en la lógica árabe mostrando cómo la traducción de términos griegos colisiona con el vocabulario jurídico ya existente en árabe. Ante la ausencia de un vocabulario técnico preexistente, los primeros traductores debieron revisar constantemente las reglas sintácticas y morfológicas de la lengua árabe para traducir los conceptos abstractos de la filosofía griega. De este modo, la traducción era un proceso creativo en el que se recurría al uso de préstamos, términos transliterados, calcos, formación de sustantivos abstractos y neologismos, entre otros. Este es el caso de la noción griega de συλλογισμός en las traducciones, comentarios y literatura filosófica de los Primeros Analíticos, la cual se ve reflejada en la traducción árabe con los términos qiyās, la simple transliteración sulujismūs y por último jāmi’ah. Diversos autores van a utilizar como técnicos algunos de estos términos. En la introducción a la lógica de Ibn Ḥazm de Córdoba (m. 1064), escrita durante el exilio del autor, la terminología de la silogística varía respecto de los lógicos que lo precedieron dando lugar a ciertos problemas interpretativos que Quintana analiza a la luz de la traducción al árabe de la obra aristotélica y de los comentarios de al-Fārābī (m. 950). El cordobés, que es un importante jurista que adapta la lógica aristotélica para el uso en el derecho (al-fiqh), va a hacer una crucial distinción entre jāmi’ah que será su término técnico elegido para silogismo, y qiyās, el cual denomina otro tipo muy diferente de argumentación, la analogía, utilizada en el ámbito del derecho y contra la cual Ibn Ḥazm desarrollará gran parte de su polémica. En este artículo de gran erudición, Quintana mostrará los usos técnicos de ambas palabras en el filósofo, teólogo y jurista cordobés, esclareciendo una parte importante de su pensamiento y dando las bases para la vinculación del vocabulario de la argumentación jurídica y lógica en al-Andalus. Además, avanza en la discusión sobre la inducción aristotélica en Ibn Ḥazm, istiqrā’. Este término tiene una particularidad y es que traduce dos términos aristotélicos diferentes, cuya fusión causará una nueva concepción lógica. Es por eso, que de la palabra al concepto los primeros filósofos árabes tendrán un largo y creativo camino por recorrer.

Abordando el vocabulario del deseo en la Ethica de Pedro Abelardo, Natalia Jakubecki vio surgir sus mayores dificultades ante el verbo concupiscere y el plural de su correspondiente sustantivo, concupiscentia; términos sobre cuya traducción se centra el trabajo, teniendo como objetivo, por una parte, discutir las estrategias teórico-prácticas a las que ha recurrido como traductora; por otra, reflexionar sobre los alcances y límites de las pretendidas traducciones literales. En primer lugar, Jakubecki nos pone al tanto de la diversidad lexical y la variedad de términos de la semántica del deseo, y en seguida ataca el problema de la traducción de concupiscere y concupiscentiae los cuales no tienen un equivalente en castellano más que ‘desear’ y ‘deseos’. Ante lo cual la autora hace un relevamiento de los términos en toda la obra y compara las diversas traducciones españolas y en otros idiomas. A este estudio –que se ve ilustrado por una tabla con todas las apariciones de los términos– se agrega un examen de bibliografía que analiza la conceptualización del campo semántico del deseo. Este estudio serio y profundo muestra con gran evidencia los aprietos en los que puede quedar atrapado el traductor, cuando, queriendo hacer un trabajo correcto sin traicionar el texto originario, queda apresado en las redes del propio lenguaje. Un artículo para disfrutar de un análisis pormenorizado, detallado y preciso que nos muestra la trastienda del traductor.

En su artículo, Carlos Martínez Ruiz propone presentar el peculiar modo en que Escoto aborda el corpus aristotélico en sus comentarios en forma de cuestiones; ofrecer una visión de conjunto de su incesante trabajo sobre el lenguaje filosófico y teológico; y poner en evidencia los desafíos que comporta, a partir de algunos casos testigos. Así muestra los desafíos que comporta la traducción crítica de las obras filosóficas de Juan Duns Escoto, tarea que el autor ha emprendido y que, reunidas en tres volúmenes, se encuentran en curso de publicación. Discute también algunos elementos fundamentales para definir y elaborar una traducción crítica. Respecto de las las Quaestiones al organon aristotélico, es sorprendente considerar que Escoto las escribió en su primer año en teología (1290), aunque fuera costumbre que los estudiantes en teología dieran clases de lógica a los estudiantes de artes –es decir a quienes empezaban sus estudios universitarios–. Sin embargo, sus Quaestiones no tuvieron mayor difusión en su tiempo al parecer, ya que su copia más antigua data de 1325. Según Martínez Ruiz, esto se debe quizás a su gran complejidad de argumentación, lo que le valió el mote de doctor subtilis. Recientemente, en cambio, Escoto ha adquirido creciente atención de los lógicos occidentales. El autor muestra el continuo examen y reescritura de los textos del franciscano, efectuado en un códice conocido como “liber Scoti”, hoy desaparecido. Este modus operandi abarca todas sus obras, particularmente la Ordinatio y las Quaestiones super libros Metaphysicorum Aristotelis analizadas aquí. Para ilustrar esta complejidad, sobre todo en esta última obra que quedó inconclusa, Martínez Ruiz examina detalladamente la estructura e historia redaccional de dos quaestiones: “si el universal es algo en las cosas” (VII,18); y “si ‘ente’ se dice unívocamente de todas las cosas” (IV,1). Finalmente, destaca la precisión lexical del doctor sutil y su despreocupación de la claridad redaccional, lo cual dio lugar también a dificultades en su lectura. Según el autor, la mejor forma de ser fieles al texto original es reflejar las problemáticas redaccionales y lexicales de manera tal que el contenido se revele lo mejor posible al lector, con los defectos propios de una obra inconclusa. Sin incurrir en traición alguna, nos invita a inspeccionar al autor desde dentro, para poder apreciar la belleza de su complejidad.

El trabajo de Marcela Borelli propone un abordaje de las glosas de Francesco Petrarca en códices de su biblioteca personal y otros que en algún momento pasaron por sus manos desde el punto de vista de las “dinámicas de la referencialidad”. A partir de este enfoque, Borelli ofrece una sistematización de estas intervenciones de acuerdo con tipos específicos: las que señalan intertextualidades con otros textos, ya sea del mismo autor cuya obra glosa o de otros autores; las que son referencias cruzadas, que establecen un “confer” para poner de relieve otros pasajes que resultan significativos sobre el mismo asunto; las que contienen indicaciones que remiten a obras del propio Petrarca y, finalmente, aquellas en las que alude a aspectos de su vida personal. Su artículo constituye un significativo aporte a este aspecto del corpus petrarquesco, en gran parte inexplorado por el carácter secundario que se atribuye en general a las glosas respecto del resto de su producción, y debido a la falta de ediciones –cuestión a la que la autora ha dedicado diversas publicaciones–, pero de especial riqueza para dar cuenta de los procesos de lectura y escritura del intelectual italiano.

Claudia D’Amico, por su parte, nos introduce en el movimiento renacentista de traducciones de textos platónicos, que comienza en 1397, cuando Coluccio Salutati convoca a Manuel Crisoloras, el gran erudito bizantino –cuyos alumnos, como Leonardo Bruni, serían después los primeros traductores de Platón–, para ocupar el cargo de profesor de griego en Florencia. Las traducciones del siglo XV tienen como marco las discusiones en Oriente y Occidente entre platónicos y aristotélicos. La razón del creciente interés por las recientes traducciones al latín de los diálogos de Platón es sencilla: si los intelectuales latinos quieren tomar partido, necesitan partir de los textos para darle más vigor al debate. Hacia la mitad del siglo, el oficio del traductor se mezcló con el del polemista. Estos traductores-polemistas tuvieron una particularidad que es necesario destacar y que los pone realmente al filo de la traición: un furioso platónico como Bessarión traduce la Metafísica de Aristóteles y un aristotélico encarnizado como Jorge de Trebisonda traduce dos obras fundamentales del último Platón, las Leyes en 1451 y Parménides a pedido del Cusano en 1459. D’Amico pasa revista de todos los accesos del Cusano a material platónico a través de traducciones propiamente dichas y fragmentos en diversas obras de otros autores tan diversos como Proclo o Prisciano. Las vías de acceso a Platón son múltiples y ocurrieron en diversos momentos de su vida, a tal punto que el Cusano se apropia de diversas maneras de algunas teorías como las del Timeo.

Agradecemos el apoyo tanto de la Sociedad Argentina de Estudios Medievales como de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación para la realización de las Jornadas y la publicación de este dossier. Hemos contado con el valioso respaldo de la sección de Ceremonial de la Universidad Nacional del Litoral y de los integrantes del grupo de investigación PICT 2016-0612 que contribuyeron en la organización y discusión durante las Jornadas. Finalmente, cabe expresar nuestra gratitud asimismo a quienes realizan continuamente su labor de editores y traductores para acercarnos textos que de otra manera nos estarían vedados.

 

 

 

 

 

 

 

1 Jornadas de Edición crítica y traducción de textos medievales. ¿Al filo de la traición?, Santa Fe, Facultad de Humanidades y Ciencias, Universidad Nacional del Litoral, 15 y 16 de agosto de 2019.