Glosa in II Petrum
de Walafrido Estrabón.
Consideraciones iniciales sobre el autor y la obra
Glosa in II Petrum, by Walafrid Strabo. Initial Remarks on the Author and the Text
Resumen
En este
artículo, llevamos a cabo una primera aproximación al estudio del texto Glosa
in II Petrum, del abad carolingio Walafrido Estrabón (808-849). Se trata de
una obra que aún no ha sido editada y cuyo propósito habría sido el de servir
como material pedagógico para determinadas comunidades monásticas del imperio
(en particular, para la de Reichenau). Para esta primera aproximación,
analizaremos los únicos tres testimonios sobrevivientes, los cuales se
encuentran en los siguientes códices: el Codex Sangallensis N° 261 (“Beda in
Epistolas Canonicas”), el Codex Karlsruhensis N° 250 (“Glosa in Epistolas Canonicas”)
y el Codex Karlsruhensis N° 135 (“Sammelhandschrift - Aug. perg. 135”).
Palabras
clave: Walafrido - Imperio Carolingio - Temprana Edad Media
Summary
In this
article, I will pursue a first approach on the study of the Glosa
in II Petrum, written by the Carolingian abbot Walafrid Strabo. The text was not subject of a critical
edition yet, and its purpose was related to educational tasks within the
monastic communities of the empire (particularly, that of Reichenau).
In order to carry on this first approach, I will analyse
the three surviving testimonies of the text, which lies in the following
codices: Codex Sangallensis N° 261 (“Beda in Epistolas Canonicas”), Codex Karlsruhensis N° 250 (“Glosa in Epistolas Canonicas”), and Codex Karlsruhensis N° 135 (“Sammelhandschrift
- Aug. perg. 135”).
Keywords: Walafrid - Carolingian Empire - Early Middle Ages
Recibido:
20/03/2020
Aceptado:
31/07/2020
A
comienzos del siglo VIII, la dinastía carolingia logró consolidar su dominio en
la Galia, en el marco de las guerras civiles que se produjeron entre los reinos
merovingios a lo largo del siglo VII. Los carolingios se impusieron lentamente,
aprovechando la situación desfavorable y, con su llegada al poder, llevaron a
cabo varias reformas administrativas. Esta dinastía de los francos marcaría una
nueva etapa en la historia de la temprana Edad Media y, sin lugar a dudas, se
destacó el emperador Carlos el Grande, siendo una de sus medidas más
importantes la creación de la minúscula carolina. Esta empresa fue
encomendada a Alcuino de York,1
consejero de Carlomagno y tutor de sus hijos. El objetivo de esta iniciativa
era el de crear una grafía que fuese fácil de entender, con el fin de
simplificar los problemas administrativos que poseían las jurisdicciones,
muchos de los cuales eran el resultado de las diversas grafías que se empeñaban
en los documentos administrativos.
El presente
trabajo constituye una primera aproximación al estudio del texto Glosa in II
Petrum, del abad carolingio Walafrido Estrabón. Para ello, hemos recurrido
al análisis de los únicos tres testimonios sobrevivientes, los cuales se
encuentran en los siguientes códices: Sankt Gallen, Stiftsbibliothek N° 261,
pp. 57-74; Karlsruhe, Badische Landesbibliothek N° 250, 23v-31v; Karlsruhe,
Badische Landesbibliothek N° 135, 118v-122r. Decidimos llevar a cabo esta
primera aproximación a la obra debido a que pretendemos realizar una edición
crítica de la Glosa in II Petrum, en un futuro próximo. La necesidad de
una edición crítica de este texto reside en dos factores: por un lado, no
existen trabajos contemporáneos que versen sobre esta obra; por otra parte,
abordar textos exegéticos carolingios que aún no fueron editados –pese a contar
con poca relevancia en comparación con otros– podría ampliar nuestro
conocimiento sobre un área que, por lo general, se encuentra relegada.
Apuntes
sobre la vida de Walafrido Estrabón
Walafrido
nació alrededor del año 809, en el seno de una familia humilde de origen suabo.
Cuando aún era un niño, sus padres lo llevaron al monasterio de Reichenau,2
lugar en el que estudió bajo la dirección del maestro Grimaldo (por aquel
entonces, el maestro en jefe del monasterio). Fue apodado “Estrabón” (en latín
“strabo”), debido a que sufría de estrabismo (Harting-Correa, 1995: 7).
Alrededor del año 826 –cerca del final de su estancia en Reichenau–, Walafrido
habría escrito su trabajo sobre las Visiones de Wettin,3
probablemente el texto más importante y extenso que produjo durante su etapa
estudiantil.4 Hacia 827, fue enviado al monasterio
de Fulda, para continuar sus estudios, esta vez bajo la supervisión de Rabano
Mauro (quien fue, a su vez, discípulo de Alcuino de York).
Gracias
a estos contactos, Walafrido comenzó a ascender lentamente en la jerarquía
monástica, a raíz de la influencia que adquirió en estos círculos. Por ejemplo,
en 829 fue nombrado como tutor del pequeño Carlos (quien más tarde sería
conocido como “el Calvo”), el hijo menor del emperador Luis el Piadoso. Para
ello, se trasladó a Aquisgrán, lugar en el que se alojó en la residencia de la
familia real hasta el año 838, cuando Carlos fue mayor de edad (Mitchell, 2009:
8). Poco tiempo después, reemplazó al fallecido abad de Reichenau, Erlebaldo.
De acuerdo con Alice L. Harting-Correa, es muy probable que Luis el Piadoso
haya designado a Walafrido para llevar adelante la administración del
monasterio, en agradecimiento por el cuidado de su hijo. El nuevo abad habría
de desempeñarse en esta función, en un principio desde el exilio durante dos
años (840-842), para continuar con normalidad hasta su muerte en 849.5
Los
años en el exilio fueron el producto de la resistencia ejercida por los monjes
a la designación de Luis, ya que ellos mismos elegían a sus propios abades.
Otro problema relacionado con dicho exilio estuvo representado por las
consecuencias que trajo la división territorial del imperio que realizó el
emperador entre sus hijos (McKitterick, 1983: 136, 169). Tras la muerte de
Pipino, Luis el Germánico, al no haber sido beneficiado por tal división
territorial, decidió atacar las regiones de Alemannia (Riché, 1993: 154).6
Asimismo, depuso al abad que había designado su padre, es decir, a Walafrido.
Como reemplazo, Luis el Germánico nombró como abad de Reichenau a un tal
Ruadhelmo. Tiempo después, Grimaldo, el abad de Sankt Gallen –y amigo de
Walafrido Estrabón y de Luis el Germánico–, ayudó a Walafrido a regresar a
Reichenau, asegurando su retorno a las funciones monásticas. Finalmente, Walafrido
falleció en 849 cuando se encontraba en una misión diplomática enviada por Luis
el Germánico a Carlos el Calvo (Mitchell, 2009: 9).7
Los
testimonios y la obra
La obra
que aquí nos ocupa se encuentra en los siguientes manuscritos:
- Codex
Sangallensis 261 (S): dicho códice posee el título de Beda in
epistolas canonicas y data del siglo IX, de acuerdo con las descripciones
de Albert Bruckner (1938: 88) y de Gustav Scherrer (1875: 98).8
Scherrer señaló que el códice contenía obras de teología. Fue compuesto,
probablemente, en la abadía de Reichenau, para ser donado o transportado, con
posterioridad, a la abadía de Sankt Gallen.9
De acuerdo con los citados autores, contiene las siguientes obras: Beda in
epistolas canonicas; Hieronymi epistolae; Eglogae tractatorum in
psalterium.
El
soporte de escritura es el pergamino y el idioma del texto es el latín. La
tinta utilizada es de color negro, con algunas capitales y títulos en color
rojo (especialmente, cuando se trata de un nuevo párrafo). También existen
algunas secciones escritas con tinta marrón y algunos apartados comienzan con
capitales levemente coloreadas. Con respecto a la escritura, si bien se trata
de grafía carolina, algunas secciones presentan unas pequeñas variantes de la
misma. Por ejemplo, pueden observarse leves influencias insulares en la mitad
de la página 140, puesto que la grafía presenta rasgos más alargados (Bruckner,
1938: 88).
En
cuanto a las dimensiones, podemos decir que el códice tiene 23.3/4 centímetros
de alto y entre 15.4 y 15.7 centímetros de largo, con un total de 276 páginas
(el manuscrito se encuentra paginado, como ocurre con otros manuscritos de Sankt
Gallen cuya autoría también se atribuye a Walafrido).10
Las tapas de este códice están forradas con cuero marrón, con lo cual,
probablemente sean de madera. Pese a no contar con adornos de ningún tipo,
posee un sistema de hebilla a modo broche (hecha de cobre), para mantener
cerrado el libro, el cual se asienta por dos clavos de metal en la parte
posterior. El hecho de no contar con ornamentos y que su tamaño no sea tan
grande, nos revela que este códice habría sido ideado como obra de consulta
para los monjes de Reichenau o Sankt Gallen.
Este
códice contiene las siguientes obras:
- Beda
in epistolas canonicas, se trata (en teoría), de una copia del comentario
de Beda a las cartas canónicas (Scherrer, 1874 y Bruckner, 1938).11
Va de la página 3 a la 135. Es en esta sección en la que se encuentra la Glosa
in II Petrum (páginas 57 a 74);
- Dos
copias de cartas escritas por Jerónimo: De Conexionibus Litterarum (páginas
136 a 143) y De Peregrinis id est Ebraicis Nominibus (143 a 146).
- Eglogae tractatorum in psalterium, manuscrito de origen
irlandés, anónimo. Se extiende de la página 146 a la 274.12
- Codex
Aug. Perg. 250 (B1): Este códice proviene del monasterio de
Reichenau y se encuentra, en la actualidad, en la Badische Landesbibliothek, en
Karlsruhe.13 Posee el título de Glosa in
epistolas canonicas aug. perg. 250 y data de mediados del siglo IX y
mediados del siglo X (Holder, 1970: 562).
Sus
dimensiones son: 19,9 centímetros de alto y 14,5 centímetros de largo, con un
total de 60 folios. El soporte de escritura es pergamino y el idioma del texto
es el latín. Las tapas del libro son de cuero, de un color que se encuentra
entre un marrón claro y un amarillo, también claro. Cuenta con dos hebillas de
metal para cerrar el códice, cuyas correas son, asimismo, de cuero.
Para la
escritura se utilizó, en su mayor parte, tinta marrón, alternada por secciones
con tinta negra (por ejemplo, los folios 8r a 19r). El codex no cuenta
con capitales coloreadas, como así tampoco con otros colores o decoraciones en
sus folios. Posee aproximadamente entre 20 y 21 líneas por folio. Algunos de
estos folios presentan grandes perforaciones o brechas, pero estas no afectan
al sentido de las obras (aparentemente, tales hoyos ya se encontraban en los
pergaminos al momento de la confección del códice).
La
grafía es carolingia y el códice presenta un cambio de manos a partir del folio
37r –cambio que, a su vez, está acompañado por un cambio en el color de la
tinta–. Este segundo copista es el que termina el codex.
Contiene
diversas obras que consisten, por lo general, en extractos de cartas canónicas,
siendo los únicos escritos completos los textos de la glosa a la epístola de
Jacobo y la glosa a la segunda carta de Pedro. Los textos contenidos en este
códice se destacan, además, por ser breves:
- Glosa in epistolam
beati Iacobi;
- In
Petri priorem argumentum
(folio 12r);
- Glosa
epistole secunde sancti Petri apostoli
(23v);
- Excerptum in epistolam Iohannis
primam (31v);
- Excerptum in epistolam Iohannis
secundam (50v);
- Excerptum in epistolam Iohannis
tertiam (52r);
- Excerptum in epistolam Iudae
apostoli (53r);
- De
diapsalmate (57v);
Dado
que se trata de textos cortos y que las dimensiones del códice no son tan
grandes –como así también que no cuenta con decoraciones u ornamentos, ni
tampoco otros colores que no sean el negro o el marrón–, es posible deducir,
nuevamente, que se trató de un libro confeccionado para la lectura de los
monjes o como una obra de consulta disponible en la biblioteca de la abadía de
Reichenau, como es el caso del Codex Sangallensis 261, anteriormente
mencionado.
- Codex
Aug. Perg. 135 (B2): La datación de este códice es un poco más
compleja. Una primera parte (folios 1-105) habría sido compuesta durante el
siglo IX, en el monasterio de Reichenau. La segunda parte (folios 106-160)
habría sido compuesta durante el último cuarto del siglo X (Holder, 1970:
329-334). El texto que nos ocupa –la Glosa in II Petrum– se encuentra en
esta segunda parte, de manera tal que el Aug. Perg. 135 es el manuscrito
más tardío que contiene la obra. En la actualidad, el códice se encuentra en la
Badische Landesbibliothek de Karlsruhe y, al igual que el Codex Aug. Perg.
250, proviene de la biblioteca del monasterio de Reichenau. Posee el título de Sammelhandschrift
- Aug. Perg. 135.
El
soporte es pergamino y el códice contiene 160 folios. Sus medidas son: 29,8
centímetros de alto por 21,2 centímetros de largo. Este códice está escrito en
minúscula carolingia y con tinta marrón. A partir del folio 106r, parece ser
que el copiado fue continuado por otro copista ya que la diferencia entre las
manos es notable. Este segundo copista poseía una caligrafía no tan prolija
como la del primero pero sí más pequeña. Además, esta segunda parte del
manuscrito cuenta con un mayor número de abreviaturas.
En el
caso de este manuscrito, a partir del folio 31v (el comienzo de Versus Bedae)
las capitales y los títulos de las obras se encuentran escritas con tinta roja.
El Codex Aug. Perg. 135 tampoco posee decoraciones.
Las
obras contenidas son las siguientes:
Hrabanus Maurus: de rerum naturis, liber IV (Folio 1r, incompleto)
Beda: expositio actuum apostolorum (1v)
Versus Bedae (31v)
De prefatione Bede (32r)
Excerptum de tractatu Bede in
apocalipsis Iohannes (33v)
- Libellus secundus
(40v)
- Liber tertius (48r)
De libro
Primasii (58v)
Sermo Augustini De Iudice
Iniquitatis (61r)
Glosa
in Regum (64v)
Glosa
in prologum in libros Regum (96r)
Autores
librorum Regum (96v)
Exegetica (99v)
Glosa in epistolam beati Iacobi - Vualafridi Magistri (106r)
Petri
priora argumentum (111v)
Glosa epistole secunde sancti
Petri apostoli argumentum (118v)
Excerptum in epistolam Iohannis (122v)
Excerptum in epistolam Iudae
apostoli (131v)
Notae: quibus locis singuli
apostoli iaceant. Petrus et
Paulus Rome. Iohannes
evangelista Epheso etc. (133v)
Explanatio
Albini Magistri (134v)
Consideraciones
iniciales sobre la datación de la obra
A raíz
del análisis de la bibliografía secundaria, podríamos sugerir dos posibilidades
en torno a la fecha de composición de la Glosa in II Petrum. En primer
lugar, creemos que habría sido compuesta entre los años 827 y 838. Hemos
seleccionado estas fechas para intentar responder a los siguientes criterios:
En 827 Walafrido se trasladó a Fulda para continuar sus estudios con el maestro
Rabano Mauro, por aquel entonces abad de dicha institución (De Jong, 2004:
202). Este fue un hecho de gran trascendencia debido a que el citado Rabano fue
un conocido –e importante– comentarista bíblico de la época carolingia, cuyas
contribuciones estuvieron basadas en los textos de San Jerónimo de Estridón,
San Agustín, San Ambrosio de Milán, Isidoro de Sevilla y Beda el Venerable,
entre otros (Heil, 2003: 76, 82). De tal manera, podríamos afirmar que la Glosa
in II Petrum, que redactó Walafrido, muestra una cierta influencia y
continuidad con el trabajo de su maestro, ya que el comentario cuenta con
varias citas a la obra de Beda el Venerable (su comentario a la Segunda Carta
de Pedro), por poner un ejemplo.
Por
otra parte, el marco temporal que hemos propuesto como posible período de
redacción de la obra incluye los años en que Walafrido se desempeñó como tutor
de Carlos el Calvo en la corte imperial en Aquisgrán, es decir, los años 829 a
838 (Booker, 2005: 83). Creemos que, durante esta etapa, Walafrido no solo se habría
dedicado a la instrucción del futuro monarca carolingio sino también a la
profundización del conocimiento adquirido durante su estancia en Fulda.
Una
segunda hipótesis que podríamos proponer es aquella que busca comprobar que la
Glosa habría sido compuesta entre 842 y 849. Esta es la etapa en la que
Walafrido se instaló definitivamente en Reichenau para desempeñarse como abad,
pasadas las vicisitudes políticas derivadas de la guerra sucesión entre los
hijos de Luis el Piadoso. Es posible que, desde su posición como abad,
Walafrido haya recurrido, además, a los textos de la biblioteca de Reichenau
–con muchos de los cuales estaba familiarizado desde su etapa como estudiante–,
para poder llevar adelante su tarea.
El
mayor problema para tratar de precisar la fecha de composición de esta obra
reside en la antigüedad de los tres códices que la contienen. De los tres, el
más antiguo proviene de la abadía de Sankt Gallen (S), en la actual
Suiza y data del siglo IX, mientras que los dos restantes tienen su origen en
Reichenau pero son posteriores (la datación de B1 oscila entre mediados
del siglo IX a mediados del siglo X mientras que la de B2 está datada
como perteneciente al siglo X, de acuerdo con el catálogo de la Badische
Landesbibliothek de Karlsruhe). Desde nuestro punto de vista, la controversia
se origina en el testimonio más antiguo conservado (S), debido a que, de
acuerdo con las fuentes, Walafrido jamás estudió u ocupó una posición
jerárquica en la abadía de Sankt Gallen.
De todo
ello, se desprenden tres posibilidades. En primer lugar, podríamos sugerir que
una copia hoy perdida del original haya sido enviada a Sankt Gallen para su
copiado. En segundo término, que el mismo códice haya sido enviado a Sankt
Gallen como préstamo. Finalmente, otra posibilidad en relación con el Codex
Sangallensis tiene que ver con las invasiones magiares y eslavas del siglo
X. Durante dicho proceso, muchos de los volúmenes de la biblioteca de la abadía
fueron trasladados al monasterio de Reichenau. Es probable que, pasada esta
etapa, algunos de los volúmenes de Reichenau se hayan infiltrado por error
entre aquellos que habrían de ser devueltos a Sankt Gallen y es por ello que
podríamos postular que el Codex Sangallensis posiblemente partiese hacia
la citada abadía.
El
problema se acentúa si consideramos que la antigüedad que presentan los tres
testimonios tampoco fue precisada con exactitud. Aquí residen dos dificultades:
una de ellas está representada por la no disponibilidad de mayores precisiones
en los catálogos digitales de las bibliotecas que contienen los testimonios en
la actualidad (la biblioteca de Sankt Gallen y la Badische Landesbibliothek, de
Karlsruhe), como tampoco en los catálogos antiguos –muchos de los cuales
también se encuentran digitalizados–. La segunda dificultad reside en el hecho
de que, hasta el momento, no se han escrito muchas contribuciones que versen
acerca de la vida y obra literaria de Walafrido Estrabón. De la misma manera,
tampoco existen ediciones críticas sobre la totalidad de sus obras. En el caso
de la Glosa in II Petrum, está claro que se trata de una obra menor,
cuyos fines habrían sido de carácter didáctico. Estas dos hipótesis
presentan numerosas dificultades para su comprobación y por ello no dejan de
constituir un primer intento de fechado de esta obra.
Resumen
del contenido de la obra
Al
tratarse de un comentario bíblico, el autor tomó fragmentos del texto de la
Segunda Carta de Pedro y los analizó, recurriendo asimismo a otras fuentes y
textos para llevar a cabo sus comentarios. De esta manera, Walafrido procedió a
analizar el texto de la epístola de Pedro fragmento por fragmento, añadiendo
explicaciones sobre la casi totalidad de los versículos (faltarían aquellos
correspondientes al capítulo tercero de dicha epístola). Para abordar cada
pasaje de la carta utilizó, a modo de introducción, una breve referencia o
descripción del versículo, seguido de la frase et reliqua. Por ejemplo,
en una de las primeras líneas del texto, leemos: “Iustitia domini nostri. Et reliqua. Ostendit
eandem fidem sine operibus non posse saluare…” (Cod. Sang. 261, p. 57, línea 15).
Walafrido
aplicó este procedimiento a lo largo del texto. Creemos que resulta interesante
señalar algunas de las opiniones de este autor en torno a los argumentos de la
Segunda Carta de Pedro. Por ejemplo, entre las líneas 9 y 16 de la página 60
del Cod. Sang. 261,14 Walafrido recurre a la idea de que
“muchos son llamados pero pocos son elegidos” (Mateo 22: 14).15
Estas
interpretaciones son complementadas por un abordaje de la cuestión del ascenso
en ocho grados, para lo cual el autor cita al Profeta Ezequiel. Asimismo,
Walafrido añade a todo ello que estos ocho grados estarían equiparados a las
ocho virtudes:
Tal como, por ejemplo, afirma el profeta Ezequiel
hablando acerca de la morada situada en la montaña y en ocho grados de su
ascenso. Entonces, aquí el beato Pedro enumera los ocho grados de las virtudes,
por los cuales escapan a la corrupción de los deseos carnales del mundo.
Ciertamente, debemos ascender al reino celeste por la fe, por la virtud, la
ciencia, la abstinencia, la paciencia, la piedad, el amor fraternal y la
caridad, sobre cuyos grados está pronunciado en el salmo.16
En otro
pasaje, el escritor aborda la cuestión del tiempo en relación con la creación
del mundo, a partir del argumento de Pedro sobre la equivalencia de un día y
mil años, en el contexto de la creación del mundo y los seis primeros días en
el Génesis, y a la crítica de los no creyentes sobre la Segunda venida
del Señor.17
En otro
fragmento, el autor se detiene a analizar la cuestión de los elementos de los
que está formada la tierra (fuego, aire, agua y tierra), en relación con la
cuestión de que el mundo sería fundido con la llegada del Señor y regenerado en
nuevos cielos y una nueva tierra. En este pasaje, Walafrido señala que:
Los elementos ciertamente se disuelven por el calor (y lo
que sigue): Cuatro son los elementos por los cuales este mundo es sólido:
fuego, aire, agua y tierra. De todos ellos, el fuego consumirá en grande, sin
embargo, no sin excepción. Pero dos de una vez consumirá. Restituirá dos, en
verdad, en mejor forma. 18
Por
último, la obra finaliza con la cuestión de la paciencia en cuanto a la Segunda
venida del Señor. Walafrido analiza la crítica de Pedro a los no creyentes: “Niéguense a creer que el Señor impediría la promesa. Pero
entiendan, por lo tanto, pacientemente, aguarden para que muchos sean
salvados”.19
Consideraciones
finales
A partir
de lo expuesto a lo largo de este trabajo, podemos sintetizar las siguientes
consideraciones parciales:
- Los
tres códices en los que se halla la Glosa in II Petrum no cuentan con
decoraciones costosas ni elementos ostentosos. Es más, solo contienen algunas
capitales o títulos en tinta roja. Asimismo, las dimensiones de los tres
códices son reducidas en comparación con otros libros de la época, cuyo mayor
tamaño denota que habrían tenido otros canales de circulación. Otro tanto tiene
que ver con los contenidos del texto, que giran en torno a cuestiones
teológicas y en relación a determinados argumentos de la Segunda Carta de
Pedro. En este sentido, Walafrido intenta desarrollar o ampliar ciertas ideas,
partiendo de las afirmaciones del apóstol Pedro en su epístola. He aquí que
esto se relaciona con los fines pedagógicos de la obra, tal como hemos
mencionado a lo largo del trabajo. A partir de estas características, optamos
por creer que el texto no fue compuesto para circular entre las aristocracias laicas,
sino para ser utilizado con fines pedagógicos, originalmente para los
estudiantes de Reichenau que se encontraban bajo la tutela de Walafrido.
- El
hecho de que el manuscrito más antiguo que contiene el texto (Codex
Sangallensis 261) se encuentre actualmente en la biblioteca de la abadía de
Sankt Gallen, nos hace pensar que el códice habría permanecido allí debido a un
préstamo o por razones de fuerza mayor, como el contexto político de las
incursiones magiares y eslavas del siglo X.20
Los testimonios restantes que posee el texto se encuentran actualmente en la
Biblioteca de Karlsruhe y provienen de Reichenau. Sabemos bien que Walafrido
estudió en ese monasterio y, con posterioridad a su tarea de tutor en la corte
de Aquisgrán, habría llegado a ocupar la dignidad de abad en el citado
monasterio de Reichenau, pero no llevó a cabo ninguna estancia en Sankt Gallen.
Por ello, nos arriesgamos a proponer que el texto habría sido compuesto en
Reichenau, en la época en la que Walafrido fue abad.
En
suma, Walafrido es un autor que, en la actualidad, es más conocido por sus
poemas y por su manual personal, el Vademecum (Cod. Sang. 878).
Nos llama la atención que este texto no haya sido editado, puesto que pese a
ser una obra breve y con fines pedagógicos, es al fin un comentario bíblico.
Con esta primera aproximación al texto de la Glosa in II Petrum, nuestra
intención es la de sentar las bases de un futuro comentario, edición crítica y
traducción de dicha obra.
Bibliografía
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Student at Fulda”, Historical Papers/ Communications historiques, 6/1, 13-20.
El presente
artículo fue redactado a partir de los resultados de nuestra participación en
el proyecto PICT 2016-0612 “La edición crítica y traducción de textos latinos
medievales: Producción práctica y resolución de problemas”, desarrollado entre
2017 y 2019 bajo la dirección de la Dra. Valeria Buffon
(IHUCSO Litoral - CONICET - UNL).
1 Bullough señala indirectamente que la creación de
esta grafía habría estado relacionada con la modificación “en masa” de la
liturgia que deseaba llevar a cabo Carlomagno. El autor señala, asimismo, que
la mayoría de los paleógrafos aún consideran válida la afirmación de Mabillon
sobre Alcuino como creador de la grafía carolingia, ya sea cuando estuvo en la
corte franca o durante su estancia en la abadía de San Martín de Tours. Véase
Bullough (2004: 12-13).
2 Reichenau fue uno de los monasterios que cumplieron
un papel clave en el desarrollo del renacimiento carolingio, junto con
los monasterios de Sankt Gallen, Fulda y Lorsch. Véase Mitchell (2009: 8).
3 Wettin fue un monje que se desempeñaba como maestro
en el monasterio de Reichenau. Fue uno de los tantos maestros de Walafrido.
Véase Shipley Duckett (1989: 126).
4 Un pasaje del texto de la Visio Wettini,
más precisamente aquel que caracteriza a un príncipe, aparentemente estaría
criticando de manera negativa a Carlomagno, en favor de su hijo, Luis el
Piadoso. Con el paso del tiempo, otros autores carolingios del siglo IX habrían
reutilizado este pasaje para criticar negativamente a Luis el Piadoso, a su
vez. Finalmente, el fragmento en cuestión fue empleado para calificar
negativamente a diversos príncipes o soberanos, según cada época. Para un
análisis de la Visio Wettini, véase Pollard (2014: 4, 6-7).
5 Sobre la fecha del nombramiento de Walafrido como
Abad, véase Harting-Correa (1995: 9-10).
6 Tradicionalmente, el término Alemannia o Alamannia
se utilizó para designar al territorio que estaba habitado por los alamanni.
Hacia mediados del siglo IX, la época de Walafrido y Luis el Piadoso, esta
región abarcaba la actual Suabia, Alsacia y el centro y este de Suiza. De
acuerdo con Courtney Booker, el territorio de Alamannia fue cedido a
Carlos el Calvo ya por su padre, en un documento fechado en 829. Esto traería
aparejado ciertos problemas entre los hijos de Luis el Piadoso, puesto que era
una región económicamente rica. Véase Booker (2009: 9).
7 Según las narrativas tradicionales sobre la vida de
este autor, su fallecimiento se produjo cuando se ahogó en el Loira, durante la
misión diplomática que Luis el Germánico le había encomendado llevar a cabo
para con Carlos el Calvo. Véase Booker (2005: 83-84).
8 En el caso de Scherrer, el autor describió los
manuscritos de la biblioteca del monasterio de Sankt Gallen. En cambio, la obra
de Bruckner fue más allá al tratar de describir todos los manuscritos de las
bibliotecas y monasterios suizos. Véase Samaran (1935: 438-439) y Dykmans
(1948: 129-132).
9 Véase el apartado sobre la datación de la obra.
10 Es el caso del Codex Sangallensis
878. Courtney M. Booker
señala que en la página 291 de dicho manuscrito puede leerse la grafía tardía
del propio Walafrido. Véase Booker
(2005: 99). Dado que se trata del Vademecum
personal de Walafrido, el Cod.
Sang. 878 sería un raro caso de autógrafo en la
Temprana Edad Media. Bernhard Bischoff
sugirió que la mano del propio Walafrido redactó ese
códice. Véase Bischoff (1967: 50).
11 Ambos académicos atribuyeron la autoría del texto a Beda el Venerable. Desde nuestra perspectiva, la autoría
del texto sería de Walafrido, pero el original se
encontraría perdido. El texto del Cod. Sang. 261 sería una copia de dicho original.
12 Bischoff señaló que se trataba
de un texto de origen irlandés, debido a elementos tales como la formulación
del título del Libro de los Salmos. Martin McNamara
añade que habría sido compuesto alrededor del año 800, tomando como base de su
afirmación el trabajo de P. Verkest, De Praefatio van de Eclogae tractatorum in Psalterium.
Véase McNamara (2000: 50).
13 De acuerdo con el sitio web de la Badische
Landesbibliothek de Karlsruhe,
los manuscritos de Reichenau se conservan en esta
institución. Véase: http://www.blb-karlsruhe.de/blb/blbhtml/besondere-bestaende/provenienz/reichenau.php.
14 En este caso, para la descripción del contenido de la
obra, tomamos como base este códice puesto que es el más antiguo.
15 “Multi sunt uocati pauci uero
electi. Qui uero fidei sacramentis quae percepere bona opera perseueranter adiungunt isti suam cum uocatione electionem
certam intuentibus faciunt. Haec enim
facientes non peccabitis aliquando. De maioribus peccatis dicit. Quae quicumque egerit. Non habet hereditatem in regno Christi et
Dei. A quibus inmunis est omnis qui supradictis uirtutibus se manciparit alioquin sunt peccata minora. De quibus scriptum
est: quia non est homo iustus in terra qui faciat bonum et non peccet. Item non iustificabitur
in cuius spectu tuo omnis uiuens.” Cod. Sang. 261, p. 60.
16 “Sicut enim Ezechiel propheta
de aedificio in monte constituto
loquens ait. Et in VIII gradibus ascensus eius. Sic hic Beatus Petrus VIII uirtutum gradus enumerat. Quibus fugientes mundialis concupiscentiae corruptionem. Ad caeleste regnum ascenderé debemus fidem scilicet. Uirtutem scientiam, abstinentiam, patientiam, pietatem, amorem fraternitatis et
caritatem, de quibus gradibus
in psalmo dicitur.” Cod. Sang. 261, p. 60.
17 “Quia unus dies apud deum sicut mille anni et reliqua. Quidam hanc sententiam
ita intellegendam putant quasi diues iudicii tantam habeat longitudinem quantum mille
annorum spatium. Hoc ad causam referentes quod necesse sit eos
qui cum peccatis aliquibus
de corpore exeunt. Et tamen ad
uitam predistinati sunt. Tanto tempore per ignem purgari. Et sic demum ad uitam uenire.
Et non intellegentes quantae
sit inpudicitiae credere. Quod tantus cetus sanctorum receptis corporibus in ictu oculi per
mille annorum spatia debeat in terra uelut in aere finem expectare iudicii. Et sic demum preparatis sociis audire”. Cod. Sang. 261, p. 71.
18 “Elementa uero calore soluentur.
Et cetera. Quatuor sunt elementa
quibus mundus iste consistit. Ignis. Aer. Aqua. Et terra. Quae cuncta ignis
ille maximus absumet non tamen ita ut funditus non sint: Sed duo in totum consumet. Duo uero in meliorem restituet faciem.” Cod. Sang. 261, p. 73.
19 “Et domini nostri longanimitatem.
Et reliqua. Nolite putare quia tardet promissionem
dominus. Sed intellegite quod ideo longanimiter
expecta ut plures saluentur”. Cod. Sang. 261, p. 74.
20 De acuerdo con McKitterick,
los monjes de Sankt Gallen enviaron varios de los volúmenes al monasterio de Reichenau, por el temor a las incursiones eslavas. Esto se
debía, en parte, a que los libros eran considerados como objetos de valor en el
período carolingio, por parte de las aristocracias laicas y eclesiásticas, y
por ello recibían la misma consideración que los platos y copas de las
iglesias, y otros tipos de objetos considerados como tesoros. Véase McKitterick (1989: 159-160).